Ricmir Dávila Marrufo
Especialista en Diversidad e Inclusión
La inclusión en las instituciones de educación superior es fundamental para garantizar que todos los estudiantes, independientemente de sus capacidades, puedan acceder a una educación de calidad. Los docentes juegan un papel crucial en este proceso, y su formación en temas de inclusión es clave para transformar el entorno educativo.
No se trata solo de ajustar materiales o accesos físicos, sino de comprender y responder a las necesidades específicas de cada estudiante. Una formación sólida en inclusión permite a los docentes desarrollar estrategias pedagógicas que fomenten un aprendizaje equitativo, derribando barreras que podrían impedir el desarrollo académico y personal de estudiantes con y sin discapacidad.
Las instituciones de educación superior deben invertir en la formación inclusiva de su cuerpo docente, pero el verdadero cambio ocurre cuando los propios docentes se comprometen a formarse en inclusión educativa. Este compromiso no solo enriquece su práctica profesional, sino que también promueve una enseñanza más ajustada y diversificada, capaz de responder a las necesidades de todos los estudiantes. Al unir esfuerzos entre la inversión institucional y el compromiso docente, se construye no solo un mejor futuro para los estudiantes, sino también una sociedad más justa y diversa.
¿Crees que la formación inclusiva debería ser obligatoria para todos los docentes en instituciones de educación superior? ¿Por qué o por qué no?
La formación inclusiva debe ser obligatoria no sólo en el curriculo de los educadores de carrera, sino también para aquellos profesionales que la ejercen en el ámbito universitario. En estos casos, el desconocimiento y la inexperiencia son los fundamentos más frecuentes para no reconocer ni atender las necesidades particulares de los estudiantes. Las instituciones universitarias deben estar eticamente comprometidas en ese proceso desde que el profesional ingresa a la alma mater. La formación inclusiva es un elemento esencial para una sociedad más justa y respetuosa de las individualidades, finalmente las universidades tienen un papel fundamental en la construcción de la ciudadanía del presente y del futuro.
El entorno académico es un pilar fundamental para el desarrollo de cualquier persona que desee profesionalizarse, por consiguiente todos los que formamos parte del equipo de docente de cualquier institución universitaria tendremos durante nuestro años de actividad profesional aunque sea una persona con discapacidad momentáneo o perenne, es por ello que la formación inclusiva debería formar parte de la malla curricular de cualquier profesional que desee ejercer la educación, si bien es cierto que son pocas las carreras que educan en este tema, también es cierto que es una realidad que no podemos obviar. Y la transformación educativa tiene que iniciar con la ampliación de la información, formación y didácticas que se adapten a las necesidades de cualquier estudiante con…
La educación de calidad es vital para que las personas tengan igualdad de oportunidades. Entender la inclusión desde muchos ámbitos familiar y social por decir algunas es la clave para una sociedad inclusiva realmente. Todos formamos parte del futuro del país y para eso es necesario gente preparada para cada desafío que en muchas oportunidades es más difícil para las personas con discapacidad.
Definitivamente la formación en inclusión no solo debería ser para docentes sino una asignatura transversal en la formación profesional, de esta forma se asegura que cada profesional tenga nociones básicas de inclusión y con esto tendríamos una sociedad mas concientizada e inclusiva
Un tema fundamental es la formación universitaria en TODAS las carreras orientando a sobre todo las de área de la salud donde hay mucha desinformación y poco manejo de personas en situación de discapacidad