Ricmir Dávila Marrufo
Especialista en Diversidad e Inclusión
Según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2011, aproximadamente 1.4 millones de venezolanos tienen alguna discapacidad. Sin embargo, desde entonces no se ha realizado una actualización de estos datos, lo que impide una caracterización precisa de esta población. Esta falta de información actualizada dificulta la creación de políticas públicas efectivas y adecuadas a las necesidades reales de las personas con discapacidad, incluyendo aquellas relacionadas con su participación en las elecciones.
Durante las próximas elecciones en Venezuela, las personas con discapacidad enfrentarán barreras significativas. Las pantallas digitales utilizadas en el proceso electoral no son accesibles para las personas con discapacidad visual, limitando su derecho a un voto secreto e independiente. Esta falta de accesibilidad tecnológica es una clara violación de sus derechos humanos básicos. Además, muchos centros de votación carecen de rampas y accesos adecuados, presentando barreras físicas insalvables para los usuarios de sillas de ruedas. Las escaleras en lugar de rampas son un obstáculo recurrente que impide el libre acceso y participación de estos ciudadanos.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha publicado instructivos y directrices para mejorar la atención y el apoyo a las personas con discapacidad durante los comicios, pero aún persisten muchas debilidades en la implementación efectiva de estas medidas. En particular, la Confederación de Sordos de Venezuela (Consorven) ha señalado la necesidad de que se tomen medidas más efectivas y se proporcionen ajustes razonables para garantizar la accesibilidad y autonomía de los votantes con discapacidad.
Estas barreras no solo afectan la accesibilidad, sino que también reflejan una falta de inclusión y consideración por parte de las autoridades electorales. Es fundamental reconocer que la participación política es un derecho humano y que las elecciones deben ser un espacio donde todas las personas, independientemente de sus condiciones, puedan ejercer su derecho al voto de manera libre y sin obstáculos.
Es crucial que las futuras autoridades consideren estas problemáticas y trabajen para eliminar las barreras existentes, asegurando que todos los ciudadanos, incluidos aquellos con discapacidades, puedan participar plenamente en los procesos electorales. Reflexionar sobre estas dificultades y buscar soluciones inclusivas es un paso esencial hacia una sociedad más equitativa y justa. Sin una caracterización actualizada de la población con discapacidad, cualquier esfuerzo será incompleto y posiblemente ineficaz.
Comments